Foto: Marià Serrat

‘El fin no justifica los medios’. Es una frase que siempre he defendido y me viene a la cabeza cuando David nos habla largo y tendido sobre la industria que se ha creado en torno a los macacos de Berbería, una especie animal que llegó a rozar la extinción en 2008. Para intentar evitar su desaparición, acabaron convirtiendo su supervivencia en una feria de la que se lucran, como no podía ser de otra forma, bastantes personas, vendiendo cacahuetes y pan a los turistas para que estas les den de comer. Un efecto ‘bola de nieve’ que, pese a de primeras resultar una relación beneficiosa para ambas partes, invita a reflexionar y a hacerse una pregunta: “¿Es esta la manera?”

Son muchos los argumentos que se me ocurren para buscar una solución a este problema. Algunos más quisquillosos, otros mucho más relevantes. El primero ya es un habitual dentro del hacer del ser humano: el jugar a ser Dios. Una figura omnipotente que parece poder decidir qué especies salvar y qué especies destruir. Para más inri, no lo hace únicamente señalando con el dedo, sino también agitando un buen fajo de billetes. Otra de las razones de peso es el de provocar un efecto cadena que genere un impacto irreversible en la cadena trófica. Es sabido que la naturaleza es sabia. Si empezamos a sobrealimentar una especie, podemos provocar un desequilibrio ecosistémico que acabe generando la desaparición de una especie y la sobrepoblación de otra.

¿Existe alguna manera de crear puestos de trabajo y, a su vez, permitir que los macacos de Berbería puedan tener una vida de calidad? Sí. Se puede crear un parque natural protegido centrado en la divulgación que arroje datos e información acerca de este animal, creando concienciación social para evitar que vuelva a estar a las puertas de su extinción y se creen puestos de trabajo que dinamicen la economía de la zona. Una propuesta mucho más sólida éticamente, una simbiosis más completa y una solución mucho más contundente a un problema que, por desgracia, parece estar presente en todos los países.