Erfud
Kasbas, el legado arquitectónico marroquí
Al pasar por Erfud, tenemos la oportunidad de acceder a un ksar vivo que aglomera kasbahs todavía habitadas. Estas icónicas construcciones tradicionales incorporan principios clave de la arquitectura sustentable que nos permitimos observar por primera vez
21 Julio 2022
2–3 minutos de lectura
Foto: Natalia Figueroa
La arquitectura de adobe surge de la tierra y a la tierra vuelve, como nosotros, o como cualquier otra materia biodegradable que se reincorpore a su entorno sin contaminarlo. El adobe está hecho con arcilla o barro, la cual –con el fin de adquirir un mayor espesor– es mezclada con paja y en ocasiones con estiércol. Esta mezcla se emplea en los tabiques y encofrados con los que se construye una kasbah. Cada muro es de gran grosor, lo que ayuda a generar un aislamiento térmico que encapsula la frescura del interior durante la época calurosa, o conserva el calor durante los meses fríos. Un notable inconveniente de este sistema constructivo es que es fácilmente desgastado y requiere de un constante mantenimiento cuando la lluvia, la nieve, el viento o el paso del tiempo comienzan a dañarlo; pero este problema también tiene una solución sencilla, pues el material con el que se repara se obtiene de la misma tierra, evitando gastos adicionales y exportaciones de materiales ajenos o lejanos. Aun así, la arquitectura de la kasbah tiene sus propios métodos para prever este problema: las estructuras cuentan con desagües y desvíos de agua en las paredes, así como volados de carrizo y paja en los techos para darle impermeabilidad a su parte superior y evitar que la precipitación roce los muros. Los soportes de la estructura, por su parte, también están hechos con materiales sustentables y propios de la región, pues se utiliza madera de cedro o de palmera.
En términos de ventilación e iluminación, las ventanas son pequeñas para evitar la fuga del frío o el calor interior, pero también para que el sol no sobrecaliente el espacio, pues este ingresa en cantidades limitadas y generalmente siendo desviado para que sus rayos no sean directos y reduzcan su intensidad.
En la actualidad, se podrían seguir utilizando algunos de estos principios constructivos en mayor o menor medida, pues en climas extremos como el de Marruecos han probado su gran efectividad mediante siglos de uso y resistencia.
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