Ksar Maadid
La importancia del dátil dentro de la economía marroquí
El dátil es un alimento con propiedades muy beneficiosas para la salud humana y capital dentro de la gastronomía y economía marroquí
21 Julio 2022
2-3 minutos de lectura
Foto: Artur Torras
“El dátil es un alimento con mucho futuro”. Es una frase que revolotea por mi cabeza cuando veo la cantidad de palmerales que se extienden en el vasto y árido paisaje que se muestra ante mis ojos, mientras me cuentan, de primera mano, lo habitual que es el dátil dentro de la dieta marroquí. La frase se confirma cuando nos muestran un invernadero repleto de palmerales en sus primeras fases de crecimiento. Una etiqueta a su lado nos muestra la infinita cantidad de tipos de dátiles que existen y sus distintas fases de crecimiento. Un dato que no hace más que confirmar su importancia dentro de la economía marroquí, especialmente, dentro del terreno de la producción, pues hablamos de que es el cuarto máximo productor de dátiles del Magreb.
No se puede concebir la gastronomía marroquí sin que el dátil tome un papel vital en ella. Se trata de un alimento que confiere muchísima energía en un simple bocado gracias a su alto porcentaje en hidratos de carbono. Por eso es habitual que se tome a mediodía, como un alimento que aporta energía saciando el apetito, y, así, permite aguantar hasta la hora de cenar. También es un alimento imprescindible en el ramadán, junto a un vaso de leche de dromedario, pues permite la obtención de grandes dosis de energía que permiten aguantar todo un día de ayuno. Es un manjar económico, útil y versátil.
Si nos vamos al mundo de las cifras, Marruecos tiene más de 5 millones de palmeras alrededor del país. Cada habitante consume más de 3 kilos de dátiles al año y hablamos del cuarto máximo productor de dátiles en la zona del Magreb. De hecho, el dátil resulta un pilar tan fundamental dentro de la gastronomía y el día a día de Marruecos, que incluso tienen un festival dedicado única y exclusivamente a él. Se celebra durante el mes de octubre, cuando ya se han llevado a cabo las cosechas, convirtiendo a Erfud en la capital gastronómica del país. Por eso es imposible ver el vasto invernadero de palmerales en sus primeras fases de crecimiento y no pensar en que es el futuro y un pilar capital dentro de la economía, cultura y tradición del territorio.
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