Foto: Marià Serrat

Acompañado de un trabajador de la plantación, descubro que estas palmeras son regadas gracias a un pozo subterráneo del que extraen agua con una bomba que funciona gracias a la energía solar. Una vez succionan el agua desde el subsuelo la depositan en un pozo semejante a una piscina al aire libre, con plásticos entre la tierra y el agua para que la tierra no absorba el agua extraída. A su vez, hay pequeñas mangueras que salen de esta piscina y van directamente a las palmeras a través de una técnica llamada goteo, que consiste en que el agua salga de la manguera gota a gota, literalmente, con el fin de aprovechar al máximo el agua que tienen a su disposición. Este sistema también es implementado durante todo el ciclo de vida de la palmera, desde que está en el invernadero de la finca -en donde se encuentran separadas las palmeras macho de las hembras, y por tipo de dátil-, hasta su posterior plantado en tierra fértil.

El agua es un bien escaso para las personas que habitan Marruecos. Por esta razón, la mayoría, si es que no todas, las fincas que visitamos o vemos en el camino utilizan esta técnica de riego a goteo, que son más frecuentes de lo que uno podría llegar a pensar, las plantaciones de dátiles son muy comunes a baja y media escala debido a que es un tipo de “escape” a la pobreza mayoritariamente de la tercera edad ya que cuando las personas se jubilan o bien dejan de trabajar por algún motivo generalmente usan sus tierras para poder lograr sostenerse económicamente.